lunes, 12 de octubre de 2009

Una carta


Madrid 23 abril 1929

Querido Juan: ya vi Soledad*; me gustó. Glen Tyron está francamente bien, Barbara Ken muy bonita pero mucho más floja.
Y empiezo la carta hablando de cine por ser lo que más me preocupa. Alguien cree que hablar, escribir, defender, interesarse por el cine, es vanguardismo tonto. ¿Qué culpa tiene el cine de caer en manos de ese coro de revista: Ferrero, Ayala, G. Caballero, Buñuel...?
¡Qué color tan maravilloso el del cine!** Tiene el color de un buen dibujo (un mal dibujo no tiene color), sin pintura, color veradero. ¡Y qué luz! No luz de sol, ni eléctrica, sino luz reciente, fresca, sin amarillear. 
Por lo tanto, a pesar de que (superficialmente) el cine lo tengan acaparado los Ferrero y los Buñuel no por eso el cine es peor, ni deja de ser lo que es. Ni Velázquez deja de ser una maravilla por el hecho de que le guste a Picazo, ni Altea deja de ser preciosa (a pesar de lo que diga Miró***) porque se llene de veraneantes tontos.

Ramón Gaya

Lonesome (Paul Fejos, 1928). Dicen que la película favorita de W. Benjamin.
** 1929.
*** Gabriel.

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