sábado, 4 de diciembre de 2010

Segundo corte: Cantinflas canta con Rozier (Chicho a la guitarra)



¿Te acuerdas Manuel del dueto Cantinflas/ Jackie Chan? Pues el otro día volví a ver Ahí está el detalle y cuando llegó la escena del juicio pensé en un nuevo corte para el disco de duetos: Cantinflas canta con Rozier.

Ya sé que la secuencia de juicio con acusado o testigo cómico, a menudo de clase baja, que no se entera o no quiere, que le echa morro o mete la pata, es una escena recurrente, por no decir un tópico.

Y sin embargo en lo que me hizo pensar la escena de juicio de Ahí está el detalle fue en la de Maine-Ocean, el juicio a Marcel Petitgas defendido por la abogada Mimi.

Es muy evidente el parecido. Son los dos juicios a personajes de clase popular que no se enteran de lo que está pasando y dicen para defenderse lo que más los condena. Y en las dos la principal manifestación de la diferencia insalvable ente el acusado y la ley es el lenguaje. Ya recuerdas lo raro e inconexo que habla Petitgas, a mí la primera vez me costaba creer que fuese un actor y no un tipo realmente muy raro (qué grande es Yves Afonso). Pues Cantinflas tres cuartos de lo mismo, sus frases no paran de interrumpirse y volver a empezar.

(Esto del lenguaje, si fuésemos parisinos, diríamos que es la dimensión no solo cómica, sino también social, y sobre todo “política” de la película. Ahora que la palabra “politique” se ha convertido en una palabra fetiche, un sorprendente sinónimo de “bueno”. ¿Recuerdas la escena en Ne touchez pas la hache donde juegan con las palabras fetiches del momento? Pues se podría adaptar añadiendo la palabra “politique”. Por cierto, este texto no tiene nada de político.)

Volviendo a lo nuestro, tanto en Ahí está el detalle como en Maine-Ocean hay además contagio. En la primera los abogados y el juez se ponen a hablar como Cantinflas y en la otra la abogada acaba recitando una imposible parrafada lingüística de Chomsky.

(¿Analizaría Chomsky a Cantinflas? ¿Habría que pedírselo? ¿No será Cantinflas uno de los ¿escasos? casos en los que la crítica cinematográfica necesitaría realmente a la lingüística? No lo sé, apenas conozco sus películas, no puedo poner en contexto. Pero con Ahí está el detalle se hincharían a hacer análisis lingüísticos de las fuentes de la comicidad. Con además un misterio: cuando otros personajes hacen una cantinflada (el corrector ortográfico considera esta palabra correcta), digo, cuando los otros hacen una cantinflada, no resulta ni de lejos tan graciosa como cuando la hace Cantinflas.)

Y el contagio del lenguaje de Cantinflas me hace pensar que Maine-Ocean es también la historia de un contagio, una locura vitalista de origen más o menos sudamericano que contagia, despierta y hace bailar a dos controladores de trenes franceses (¿un remake con controladores aéreos españoles?). El ideal de esas comedias es en cierto modo el contagio de una locura que se lleve por delante al orden establecido. Por eso es tan triste cuando una comedia se pone moralista. (No moral, sino moralista.)

Volviendo a nuestro segundo corte: ¿te imaginas a Cantinflas en una película de Rozier? Sería una película larguísima, por lo menos seis o siete horas de atajos que no llevan a ninguna parte y de desvíos fulgurantes e interminables. Un contagio del mundo entero, que sin duda hubiese trascendido la ficción y se nos hubiese llevado por delante. Quizás una revolución pendiente. Una revolución por contagio cómico.

Y no es tan inverosímil, la escena de Pierre Richard al teléfono en Les naufragés es tan delirante como algunas de Ahí está el detalle. Y a Rozier le gusta trabajar con actores de cine comercial, actores cómicos y populares que se han quedado encerrados en películas no muy buenas, películas comerciales cómicas anticontagiosas. Rozier, el cineasta popular que nunca ha sido comercial, podría haber encontrado a un actor ideal en Cantinflas, actor que parece se volvió cada vez menos contagioso pero cada vez más comercial. Uno habría alcanzado al público que se merece, el otro hubiese recuperado el contagio de sus inicios.

Si las cosas no fueran
tan enojosas,
si quedara más tiempo
para otras cosas
que no fueran andarse
desesperando
y abominar del mundo
de cuando en cuando ...

que cantaba Chicho Ferlosio,

Si las cosas no fueran tan enojosas, Glauber Rocha no solo habría conseguido organizar su ciclo Cantinflas en Venecia, sino que habría presentado a Cantinflas y a Rozier, y en vez de andar cada cual por su lado habrían trabajado juntos y sin duda las cosas irían mejor, mucho mejor.

Y no solo eso, imagina a Cantinflas con Yves Afonso.

3 comentarios:

  1. Hace poco, Pierre Richard, en la tele.
    Presenta un libro de memorias y anécdotas. Sale, claro, Rozier.
    El presentador lee algunas anécdotas en voz alta. El público se ríe. Qué loco el Rozier. Qué divertido. Siguen hablando. Otras películas. Otros directores.
    Y unos minutos más tarde, Pierre Richard dice (a veces la televisión puede ser grande): de todos modos, de todas las películas que he hecho, la preferida de mis hijos, de mis amigos, es Los náufragos de la isla de tortuga.

    Manuel P.

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  2. ¿No te parece Manuel que las películas de Rozier tienen una ambición tremenda, mucho más que la de ser las mejores películas de la Historia del Cine o ganar un par de decenas de oscars, la ambición de ser las películas preferidas de quienes las ven, no las peliculas que les parecen mejores, sino sus preferidas?
    Ya sabes esas películas que les quieres poner a tus amigos a las tres de la mañana a pesar de que tengan síntomas evidentes de fatiga. Las películas que hacen que no puedas olvidar a la chica con la que fuiste a verlas (y sin duda es cosa de las películas y no de la chica).
    PGC

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  3. Bibliografía:
    http://www.youtube.com/watch?v=6jXdjmD84ss
    http://www.youtube.com/watch?v=JRPCYlLYUwc
    http://www.youtube.com/watch?v=nyCn0FP2ivY&playnext=1&list=PLD1F7CD132E037864&index=26

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