sábado, 30 de julio de 2016

la elección de las armas

Sandrine Bonnaire camina como una guerrera, decía Rivette, y es cierto que Secret défense es una película de guerra, una película de armas, de gentes que disparan armas y también de gentes que fabrican armas, que viven o han vivido del dinero que daban las armas, Pax Industries, industrias de la paz, con sus misiles guiados y su mercado prioritariamente europeo.

A mitad de la película, cuando ya ha tenido lugar el primer disparo, la guerrera se detiene ante un cuadro que hay en el castillo, un cuadro de batalla, con sus oficiales que desde lejos dirigen a las tropas, con sus artilleros que disparan cañones entre humaredas, con su ciudad asediada que recibe los cañonazos. Los que ordenan, los que disparan y los que reciben el disparo.

Y es cierto que en la película nunca dispara (o empuja) aquel que había tenido la idea de matar, siempre lo hace otro, pero nunca es una orden, disparan para que el otro, el que ha tenido la idea, no lo haga, disparan o empujan por amor, para que el otro no dispare o empuje, una extraña idea, una de esas ideas que surgen a veces en los trenes o el metro y que parecen inevitables pero no lo son.

Hay, claro, excepciones, hay una chica apenas vista en dos secuencias, la novia del hermano de la guerrera, o eso suponemos, una chica que sí quiere que el chico dispare, quizás ella no ha tenido la idea, pero desde luego la alienta, quiere que él sea también guerrero, que él sea también hombre de armas, y da un poco, bastante, mucho miedo, alguien así, que se adueña de la venganza ajena y la hace suya, que quiere ver desde el balcón cómo se desencadena una guerra, que quiere, quizás, ser parte de ella, ser idea, ser arma, ser cadáver.

Y hay otra chica que no tiene quién la quiera tanto como para disparar por ella y que fallando su disparo acierta en su venganza, porque aquí los asesinatos riman entre ellos, hay dos cometidos para que no los cometa otro, hay dos que no matan a quien pretenden, hay dos que matan a quien se podría decir que es el culpable. Y todos ellos juntos suman tres. Lo demás es cosa de Pax Industries.
(Secret défense, Rivette)

No hay comentarios:

Publicar un comentario