lunes, 7 de marzo de 2016

contra el raccord



... no sé, ahora que vuelvo a ver algunas secuencias no me parece tan exagerado, quizás sea cosa de la pantalla pequeña, ayer lo vi todo en grande, muy grande y me pareció que había algo singular en algunos de los primeros planos de la película, en algunos de aquellos que iban seguidos de un plano más abierto, y es que la expresión de Bing Crosby en el general no era la misma que en el plano cercano, McCarey no le pedía una interpretación general para toda la escena, sino una específica en función de lo que la cámara veía, y cuando la cámara está cerca la cara de Bing Crosby se pone muy expresiva, casi demasiado, casi hace muecas con su boca y con sus cejas, esa cara vista de cerca es todo un cuerpo, todos los músculos actúan, es una cosa así como de cine mudo, creo, cada plano tiene que contar algo nuevo, la cámara no se acerca como un microscopio para agrandar lo que no podría ser visto de lejos sino que para cada plano hay una nueva interpretación, adaptada a esa escala, y ahora mismo no recuerdo muy bien a dónde quería ir a parar con todo esto, solo sé que me parecía muy bien que cada plano tuviese una exigencia renovada, me parecía muy bien esa especie de olvido del plano general al pasar al plano corto, del plano corto al pasar al plano general...
(Las campanas de Santa María, Leo McCarey)

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