domingo, 13 de septiembre de 2015

cuatro, tres, dos, uno, el mundo


...al principio viven en un pueblo al borde del mar y suenan siempre las olas, cuando suenan las olas todo parece que está como lejos, porque pase lo que pase el mar no va a dejar de sonar, de ir y venir, dan igual peleas y carreras, da igual todo, el mar sigue sonando, así que se pelean, lo mismo entre ellos y bromeando que contra los otros y entonces los golpes son de verdad, todo mientras suena el mar, todo a lo lejos, pasan por el plano pegándose y desaparecen tras un muro pegándose, va y viene la violencia, va y viene por oleadas...
...al principio suena el mar pero luego van a la ciudad y entonces es otra cosa, un afuera de coches y tráfico y un adentro de calma en la casa con patio...
...al principio son cuatro y luego, cuando van a la ciudad, ya solo son tres, pero siguen yendo siempre juntos, son una unidad de tres, y si uno de los tres quiere hacer algo que quizás debiera hacer solo no importa, lo hace con los otros tres, y ahí están por ejemplo los tres acompañando a la chica al mercado, pero luego, poco a poco, uno de ellos se va a ir separando del trío, uno de ellos va a empezar a sentir la necesidad de ser él solo, y esto pasa por el amor, claro, de pronto hay algo que no puede desear sentir hacer con los otros dos... 
...dejan de ser tres y no llegan a ser dos, el pequeño mundo, los pequeños grupos que la película había ido construyendo, ahora los va deshaciendo, también había algo así en Millenium Mambo, la Vicky de Vicky y Hao Hao pasa a ser Vicky sola, la Vicky que parecía inseparable de las discotecas de Taiwan, de pronto está sola en las calles de otro país...
,,,ver cómo un personaje se va separando de un grupo y ver cómo entonces ese mismo personaje toma conciencia del grupo, del tiempo en el que no estaba solo, en el que eran varios, en Los chicos de Fengkuei el chico afirma a gritos una última vez esa unidad de tres que ha deshecho el tiempo, que va a terminar de deshacer la mili, se sube a un taburete y grita, vendiendo las cassettes del puesto de sus amigos, ¡tres al precio de uno! y entonces la cámara los deja y se va por ahí, se va al mundo, a la calle, a cualquiera, como el mar la cámara se retira, como una oleada, y entonces vemos todo ese otro mar de personas que ahí alrededor estaban todo este tiempo viviendo... 
(Los chicos de Fengkuei, Hou Hsiao-hsien)

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