... necesitamos los ríos porque necesitamos los puentes, y vale que este puente no pasa exactamente sobre un río, más bien sobre un canal de poca agua, pero si no hubiese habido ríos a nadie se le habría ocurrido inventar los puentes ni los canales, y entonces no estaríamos aquí, en el puente, caminando por donde no fue previsto, caminando por la barandilla con los brazos abiertos, reinventando el puente, que ya no es la manera más segura de pasar de un lado a otro, no, es más bien la manera más insegura de no ir a ninguna parte, la única manera posible, en ese momento, de salvar la distancia que media entre el niño solitario y el grupo de niños que no quieren de ninguna manera jugar con él, a mitad por desafío, a mitad por invención, ved que aquí, en esta barandilla que ni siquiera habíais visto, hay un juego, uno de esos juegos que son difíciles y cuya gracia es que dan un poco de miedo, como subirse a los árboles, más tarde veremos a los otros niños caminando también por la barandilla, haciendo su aprendizaje del peligro, pero también del equilibrio, y para entonces ya todos los niños serán amigos, gracias a la barandilla, gracias al puente, gracias a la existencia de los ríos...
... y además en los ríos hay peces, hay, por ejemplo, carpas, y uno puede ir a verlas cuando está solo y quedarse mirándolas, y probar a darles arroz con los palillos, y ellas bullen y rebullen en el agua, acuden a la voz, y son amigas también, unas amigas a las que ir a ver en los momentos de soledad, para maravillarse de su borboteo, y unas amigas que compartir luego con un hermano, con un abuelo, con los otros niños, sí, los ríos están hechos de recodos y de sorpresas así, a descubrir en soledad, refugios para los malos momentos, pero también secretos que compartir, qué alegría poder ver a las carpas comiendo arroz directamente de los palillos, qué alegría poder compartir esa alegría...
(Cuatro estaciones de los niños, Hiroshi Shimizu)
Qué hermosos textos. Qué sentido y justo acercamiento a Shimizu, ese modesto gigante.
ResponderEliminarEs muy guay Shimizu, sí. Dan ganas de quedarse a vivir.
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