jueves, 6 de noviembre de 2014

y también un chiste malísimo


... digamos este plano, están tres chicos en la calle y miran hacia dentro, y dentro es una sala de baile, tango y vals, noches de boda, y uno de ellos dice la palabra "anacronismo" y otro, el más joven, pregunta qué quiere decir esa palabra, y es bonito así tres chicos jóvenes y guapos tras un cristal explicándose palabras, y lo que le dicen es que un anacronismo es algo de otro tiempo que sigue viviendo en este, y recuerdan a cierta vieja de cierto barrio, y es uno de esos momentos en los que la película parece darnos, así, en una frase, su teoría, o su visión del mundo, porque la película tiene algo de cuaderno de apuntes, ni diario ni novela, apuntes, ideas que en el momento en que son dichas o escritas suenan a verdad, o suenan a clave, a llave mágica con la que poder abrir todas la puertas, aunque luego resulte que las olvidamos, no eran más que destellos, pero en el momento mismo suenan a verdad, y al oír la definición de anacronismo la vida y la película y la vida tal y como la filma y la monta y la muestra la película se nos aparecen llenas de anacronismos, los personajes viven como fuera de su tiempo, viven después, son como peces fuera de la pecera, hoy es el día de las metáforas gastadas, como peces que hubieran aprendido a respirar fuera del agua pero que tuvieran el recuerdo y la nostalgia del tiempo de antes, del tiempo de antes del aire, del tiempo del agua, y puede pasar que uno mismo se sienta así mientras ve la película, porque suena a eso, a llave maestra que abre todas las puertas, que por un rato todo lo explica, pero la película, decíamos, no se detiene, quema sus planos y sus frases apenas aparecen y así, después de la llave maestra, viene el chiste, "también hay una señorita Ana Cronismo" y es un chiste malísimo, apenas se ríen y lo poco que se ríen es de lo malo que es, pero ahí es a donde yo quería ir a parar, a la fragilidad del chiste malo, a la extraña complicidad que puede haber entre tres amigos para que puedan así compartir el chiste malo, porque la relación que la película tiene conmigo tiene algo de esa complicidad, una amistad hecha a base de aciertos y bellezas, pero también de errores y chistes malos y poesía fácil, o quizás lo que hoy parecen errores y chistes y poesía fácil mañana sean aciertos y llaves maestras, no importa, lo que importa es que una película pueda así crear el espacio para que existan los chistes malos, para poder tropezar y volver a levantarse y que no se sepa ya si aquello era un tropiezo o parte del número, parte del baile, sí, que la película pueda crear ese espacio de amistad, donde ella es ella, y uno es uno, y no nos confundimos pero andamos y tropezamos y seguimos andando juntos, sí, como un amigo cuya mirada nos es indispensable para avanzar, o más bien para tropezar con toda confianza...

(Absences répétées, Guy Gilles, de nuevo)

2 comentarios:

  1. O quizás:
    https://www.youtube.com/watch?v=YpIbv6WewGE

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  2. Las palabras en cursiva al final del texto son una cita más o menos sacada de contexto del libro de Pierre Léon sobre Jean-Claude Biette. (En el libro se habla de lo que Pasolini fue para Biette.)
    El diablo, años después.

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