viernes, 16 de noviembre de 2012

Lo que él vio (de niñez y televisión)




 

Nada como dar por azar con una serie de televisión que nos marcó en la infancia. Nada como no dar con la serie original sino con un remake. Si además es sábado por la noche y el domingo uno se tiene que levantar temprano (muy temprano) para ayudar a un amigo en una mudanza y además puede ver cuatro episodios seguidos, el efecto es maravilloso.

La serie se llama "V" y a mí, como a mucha gente, los primeros episodios de la serie original me marcaron mucho. Yo me pregunto si en el fondo no sería de algún modo una de mis primeras experiencias cinematográficas más auténticas. Y algo de aquella impresión, de aquella huella quedaba porque me tragué los cuatro episodios con interés, como si despertase en mí algo que estaba en los íntimos hábitos de la sangre, que decía Borges.

Sin embargo la serie, el remake, en el fondo, no me gustaba. No me gustaban los personajes. No me gustaban los efectos especiales. No me gustaba casi nada. Pero la veía sin pestañear.

Recuerdo que de niño yo no veía mucho la tele, mucho menos que otros niños. Pero recuerdo que el estreno del último videoclip de Michael Jackson levantaba casi tanta expectación como el estreno de Terminator 2 o de Batman. Eran, de algún modo, cosas parecidas, no muy diferentes entre sí.
El recuerdo de la serie original y el visionado de estos capítulos del remake de "V" me confirman algo que he pensado muchas veces: que un niño, en el fondo, puede ver cualquier cosa, puede verlo todo. El mundo interior y la imaginación de un niño son tan grandes, tan superiores, que son capaces de estimularse no sé si con cualquier cosa pero sí con algo mínimamente bien hecho.

Weerasethakul ha hablado muchas veces del impacto que produjo en él la película ET. Yo estoy convencido de que lo que él vio es mucho mejor, mucho más grande, que lo que la película es. Y de que es de eso que él vio de lo que están hechas sus películas.

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