lunes, 25 de julio de 2011

Cuando hablabas de Youtube




Si no me equivoco todavía no has visto How do you know, que imagino te gustará tanto como a mí.

Recuerdo ahora que hace unos meses me prestaste dos dvds de dos películas que yo no había visto y que sin duda no habría sido capaz de reconocer, demasiado listillo para encontrarlas en una tienda de segunda mano y saber que eran lo que estaba buscando.

Una era Spanglish, de James L. Brooks, la otra era The shape of things, con Paul Rudd. La segunda la vi inmediatamente y me gustó bastante, era una película teatral, con muy pocas escenas, una historia de amor,de manipulación y de arte. En el fondo un modelo de película pequeña que nadie vio. Y de Neil LaButte, un director de afímera gloria allá por los noventa, si mal no recuerdo.

Spanglish la vi hace poco, cuando ya sabía más de James L. Brooks, cuando ya había visto How do you know, y me gustó mucho. (Esto no es una crítica, ni un análisis, es una carta, podemos usar estas palabra.)

Lo que quiero decir es que aquel día, como por casualidad, me prestaste los ingredientes para hacer How do you know, para pasar de una película de James L Brooks y una con Paul Rudd a una pélícula de James L. Brooks con Paul Rudd. No sé si ese azar quiere decir algo, pero me hace gracia, como si andásemos necesitando esta película, intuyéndola, sabiendo que si todavía no exisitía iba acabar por hacerlo, era inevitable.

Tirando de este hilo me pregunto ahora si un comentario que me hiciste a un texto sobre Guru Dutt, Eustache y Bambino no anunciaba también la mejor escena de How Do You Know. Hacías referencia por aquel entonces a un vídeo de Youtube donde se veía en una boda a la novia cantarle a su futuro marido, como forma de hacer votos. Una de esas escenas de emoción desbordante, más allá del buen y el mal gusto, que desbordan por un momento el corazón y que en otro tiempo las películas buscaban y alcanzaban, ese momento de la verdad por la emoción, por la incontrolable necesidad de darse al otro. Una de esas escenas que ahora que estamos tan tristes han desaparecido del cine y se han refugiado en los vídeos familiares, en algunos youtubes, fuera de la ficción.

Escribo todo esto porque esa escena que voy a procurar no desvelarte del todo, aunque demasiado se me escapará, sucede en una habitación de hospital, con una mujer que acaba de dar a luz, un hombre que le hace una compleja, sincera y desordenada propuesta de matrimonio y una no-pareja que son los personajes principales pero que en esta escena son los secundarios, aquellos cuya vida podría tomar o no el camino que les muestra la escena, y la escena incluye también una cámara de vídeo que tiene que inmortalizar el momento cumbre de dos vidas, desbordante de sonrisas y de lágrimas y de emoción y todo eso.



Y no voy a poder, no, si eso deja de leer, salta al párrafo siguiente, dejar de decirte que James L Brooks no desdeña entonces caer en el gag más evidente en esa situación, el del tipo que se le ha olvidado dar al botón de rec y nada se ha grabado, pero lo usa para llevar a la secuiencia a una nueva dimensión, porque el momento youtube se va a transformar en ficción, y los personajes no se van a dejar hundir por lo sucedido y van a procurar entre todos volver a encontrar y a interpretar la escena tal y como acaban de vivirla. No sé si lo cuento bien, pero sólo quería decirte que al volverla a ver pensé en eso, en el vídeo de la boda, la primera vez no pensé en nada de eso, la primera vez era yo también todo sonrisas y lágrimas como los personajes.

¿Has saltado el final del párrafo? Eso espero. A lo que iba con el tema del Youtube es que creo que a veces hablamos de todas estas cosas, quizás no, quizás me lo imagino, hablo yo solo conmigo mismo, hablamos de cómo dejar de estar tan tristes, cómo encontrar en el cine contemporáneo momentos de felicidad, donde guión y personajes se entreguen más allá del qué pensarán de ellos, más allá de la pose, empeñados en hacer de su vida algo mejor.

¿Y qué decir de una película que alcanza eso sin que nada de lo que es motivo de emoción deje por ello de ser motivo de risa? Yo, pasada una envidia inicial, pienso "!qué suerte que se le haya ocurrido a alguien!" y eso añade a mi felicidad viendo la película. Pero es que mi sueño siempre ha sido, ahora empiezo a descubrirlo, rodar una comedia romántica.

También quería escribir que How Do You Know es una película de puertas. Ya sabes. Y es curioso porque es una película de la que ciertos críticos decían que no tenía puesta en escena, y a mí me cuesta creer que una película en la que las puertas son tan importantes no sea una lección de puesta. Quizás podría estar mejor filmada, no lo niego, o mejor montada, no lo sé, pero es una soberbia una puesta en escena a nivel de de escritura, de guión.

Es una película donde los personajes se dan la vuelta. Se van a ir y se dan la vuelta, y relanzan la escena.Eso es aún más importante que las puertas. En realidad las puertas son una variante.
En serio, casi cada escena contiene uno de esos vuelcos, y casi cada escena aborda su propia puesta en escena, los personajes se ponen en escena los unos a los otros, se interrumpen y se enfadan cuando son interrumpidos. ¿Y para qué se ponen tanto en escena y se explican tanto? Pues para intentar entender algo, intentar entender lo que les pasa. Es que están muy perdidos pero siempre hablando para intentar ponerse un suelo firme bajo los pies.


Y además está Owen Wilson, todos queremos a Owen Wilson, todos le queríamos ya antes, aquí consigue el milagro de que su personaje sea cazurro, gracioso, sincero, emocionante, y tiene momentos de esos que se repiten al salir del cine y entrar en un bar, pero también Reese Witherspoon, a la que hacía tiempo que no veía, y que tiene el mejor juego de mandíbula del cine reciente, aunque ahora que lo vuelvo a ver quizás lo que veo en su mandíbula sea también cosa de sus ojos, de su manera de entrecerrar los ojos cuando está pensando, y en esta película se pasa el rato pensando y como dice Own Wilson, ¿porqué estarán tan atractivas las chicas cuando dudan? , y su manera de abrirlos cuando está demasiado sorprendida para pensar o esa otra manera de abrirlos y ser toda mirada cuando al fin ha encontrado lo que buscaba al pensar y se asombra y maravilla de la soprendente singularidad de la persona que tiene enfrente.


Y también, claro, Paul Rudd, que ya me había gustado en The shape of things, aquel dvd que me pasaste, y que tirando del hilo recordé que era uno de los actores de Virgen a los cuarenta, aquel que está hundido pensando en su ex, y también de Lío embarazoso. Un actor al que se le da tan bien estar hundido, pero también la brusca e inesperada felicidad, que sabe encontrar una actitud, mantenerla inmóvil, y luego volver a moverse, un figura del cambio de ritmo que, aunque no lo parezca, encuentra la verdad en la mueca, en el ritmo de la mueca.

Bueno, reviso mis apuntes y creo que te he dicho todo lo que quería decirte, esperando que la próxima vez hayas visto la película y podamos hablar largo y tendido de ella y qu elas frases me salgan más cortas.

Aunque ahora que lo recuerdo, sólo una cosa más, fíjate en los gestos de deportista de Reese Witherspoon, las palmaditas de ánimo, fíjate en la que da al padre en la escena de la maternidad, y la que da más tarde a un conductor de autobús.

Y al sacar este tema recuerdo también que tanto Spanglish como How do you know son películas que conducen a una parada de autobús, qué casualidad, y también algo que al final de Spanglish se me hacía raro, lo de la chica mejicana diciendo una frase como pureba de lo yanqui que se había vuelto, "necesito espacio", y que encuentra incontables desarrollos en How Do You Know, película extrañamente teórica, donde los personajes establecen la distancia entre ellos, donde como ya decía, no paran de poner en escena y de reescribir las palabras ajenas. Algo así como una lección.

Pero dejemos esto para la próxima vez.

Hasta pronto.

Un abrazo

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