sábado, 30 de octubre de 2010

Sincronías


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1
Una noche, caminando por una pequeña calle, entre Chateau-Rouge y Stalingrad, cerca de uno de los puentes que pasan sobre las vías, oigo y veo.
Oigo: el sonido rítmico de un tren que pasa bajo el puente, que oigo pasar y no veo.
Veo: contra una pared una luz intermitente, naranja, cuyo origen tampoco veo.
Durante un instante el ritmo de la luz parpadeante y el del tren coinciden, de tal manera que parece imposible que su origen no sea el mismo, que esas luces no sean las del tren que pasa (pero, ¿cómo llega aquí arriba la luz de un tren? No hay lógica, pero la sincronía es más fuerte que la lógica.)
Sigo caminando. El sonido rítmico del tren comienza a alejarse. La luz intermitente no se aleja. Descubro que es la luz giratoria de una camioneta de asistencia en carretera. Luz y sonido se han separado, ya no tienen un origen común del que serían señales parejas.
Fin de la sincronía.
Pero durante un breve instante esa sincronía ha sido real, evidente, el sonido del tren y la luz era signos comunes de un tren invisible.

2
Al filmar, al buscar un encuadre, al trabajar con los actores, al montar, a veces se nota un chasquido, o un clic.
Cámara en mano alrededor del sujeto, de pronto un encuadre aparece. Como una pieza que encaja con otra. Se oye el chasquido. Es ese y no otro el encuadre. Momento de felicidad. Que puede darse también en la dirección de actores, o en la escritura.
Los elementos de golpe se sincronizan, encajan, como dos piezas de un puzle. O como sonido e imagen que de pronto tiene un origen común, un invisible tren nocturno que las hace inseparables.
Ese chasquido se busca, trabajando con ahínco o trabajando la espera. El momento concreto en la creación de la película varía según el cineasta. Lubitsch generaba sin cesar chasquidos en la escritura de sus guiones, los intuía, jugaba con las piezas hasta que encajaban, hasta que su unión parecía inevitable.
Chaplin creó la más imponente estructura de producción en torno a su búsqueda del chasquido. Rousseau ha creado la más pequeña estructura de producción en torno a la espera del chasquido.

3
En el bar suena una música esencialmente rítmica. Por la puerta se ve una de las mesas de la terraza. En la mesa un cenicero en el cual una colilla humea todavía. Por momentos los movimientos del humo, que dependen del viento (invisible), coinciden con los de la música. Momentos breves, pero que bastan para que el resto del tiempo el humo parezca realizar un solo o un baile al cual se lanza desde la base rítmica de la música.

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