domingo, 14 de febrero de 2010

Dos o tres cosas que saben de Rozier




Con él, el más sencillo gratén de patatas se convierte en sublime. El tiempo nos pertenece. No sé cómo lo hace, cómo es posible. Es un príncipe, respira. Ninguna cólera, ninguna agresividad, ninguna envidia. Mientras que todos sus amigos se han hecho ricos, él es el único en el cine a quien no se le ha agriado el carácter. El único.


Con Arlette Langmann nos hemos dado cuenta de que cuando se baña en el mar, no nada: simplemente deja que le den las olas y sale regenerado.


Quien no haya visto a Yveline Céry bailar un cha-cha-cha, los ojos en la cámara, no podrá permitirse hablar de cine en la croisette.


Tiene más de setenta años y hace casi todo él mismo. (…). Sabe encuadrar, iluminar, ocuparse del sonido. Conoce el cine perfectamente. Es una pasión. Tiene una energía loca. Se diría que tiene veinticinco años. Ya puede venirse abajo el decorado, él continuará a pesar de todo a decir motor.


De lo que sí me acuerdo, sin embargo, es de la última vez que hablé por teléfono con Jean Eustache, algunos días antes de su muerte: le di la noticia de que Rozier iba a filmar Maine-Océan. No os podéis imaginar la enorme alegría de Eustache, una auténtica alegría de niño.


1. Jean-François Stévenin

2. Pascal Thomas

3. Jean-Luc Godard

4. Ives Afonso

5. Yves Laumet


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